¿Te has preguntado alguna vez si realmente deberías imprimir los recibos de los cajeros automáticos? En estos momentos, cada paso que damos hacia la digitalización nos pone frente a nuevas opciones y reconsideraciones en cuanto a lo que hacíamos antes por inercia. Y algo tan simple como el ticket que sale del cajero automático, resulta que también tiene su historia y sus porqués para ser o no ser. Ahora, vamos a mirar de cerca por qué podrías querer saltarte esa parte de sacar un comprobante cada vez que retiras dinero.
Siempre nos ha parecido más cómodo sacar dinero de estos aparatos sin pararnos mucho a pensar en lo que implica. Los cajeros han sido una verdadera revolución, nos dan un acceso muy fácil a nuestro dinero. Pero, quizás no hemos pensado mucho sobre lo que significa sacar ese pedacito de papel tras cada transacción.
Uno de los argumentos para dejar atrás el recibo en papel es lo que le hace al medio ambiente. No es solo que se use más papel y con eso se exploten más los recursos, sino que también recargamos los basureros. La sostenibilidad ambiental ya no es algo que podamos pasar por alto, y por más mínima que sea nuestra contribución, siempre es importante en la batalla contra la deforestación y la conservación del planeta.
Y bueno, eso de no imprimir recibos también nos impulsa hacía una vida más digital y con menos dependencia del papel. Alternativas como las apps de los bancos en los móviles ya nos dan la opción de mirar nuestras transacciones al instante y sin la necesidad de guardar esos papelitos.
Pero también está el rollo de la seguridad de nuestra información. Uno que otro papelito de esos que tiramos por ahí puede tener datos nuestros que caigan en las manos equivocadas. El peligro de fraudes bancarios está ahí y lo que nos dice el comprobante del cajero puede ser más importante de lo que pensamos.
Es mejor no sacar una impresión de nuestras operaciones, o si necesitamos hacerlo, destrozarlo bien luego. Hay que cuidar mucho nuestros datos, más en estos tiempos donde la información es oro.
Así que ya sabes, la próxima vez que uses un cajero, piénsatelo dos veces antes de decidir si vas a pedir recibo o no. Preocúpate por la naturaleza y por cuidar tus datos personales. Tú también pues pasar la voz sobre esto y así todos vamos cambiando a lo mejor, más seguro y responsable con el mundo.
Y ahora, dime tú, ¿se te ocurre alguna otra costumbre del día a día que podríamos cambiar para ayudar al ambiente y estar más seguros con nuestra información?
"Menos es más", una máxima que Ludwig Mies van der Rohe aplicó en la arquitectura, pero que bien podría servirnos hoy en el uso cotidiano de la tecnología. La sencillez de no imprimir un recibo de cajero puede parecer insignificante, pero es un acto de responsabilidad ambiental y de autoprotección en un mundo donde la información es oro. No solo estamos ahorrando papel y, con ello, cuidando nuestros bosques y la naturaleza que nos rodea, sino que también estamos salvaguardando nuestra privacidad, un bien cada vez más preciado. En la era digital, la seguridad de nuestros datos es tan importante como la de nuestro dinero en efectivo. Por tanto, la próxima vez que estemos frente al cajero, recordemos que la mejor elección es aquella que protege tanto nuestro entorno como nuestra identidad. Comparte ciencia, comparte conocimiento, pero sobre todo, comparte prácticas que contribuyan a un mundo más seguro y sostenible.