El fin de un viaje importante, así es como puedes describir la conclusión de la gira de Javier Milei por Europa, que hizo parada en la República Checa. Allí habló de cooperación y seguridad. Aunque detallitos nos quedamos con ganas de saber más, lo que sí es claro es que se tocaron temas que pintan para el futuro de las relaciones entre países.
El presidente argentino Javier Milei recorrió tres países de Europa y terminó su andanza en la República Checa el lunes pasado. A lo que se ve, la estancia fue de lo más fructífera; se juntó con líderes checos tope de gama, como el ex general Petr Pavel y el primer ministro Petr Fiala. Hablar, hablaron de un montón de cosas, como la movida de Ucrania que está en boca de todos, hacer más piña en negocios y militar, y hasta se animaron a soñar con un pacto comercial entre la Unión Europea y el Mercosur.
Impacto Global y Relaciones Bilaterales
El encuentro entre Javier Milei y Petr Pavel fue de esos que despiertan el runrún sobre lo que vendrá. Pavel se mostró pila con la idea de que Argentina tome más cancha en lo que a seguridad mundial se refiere, hasta se soltó hablando de hacerse socios de la OTAN. Vamos, que el mundo cada vez está más enredado y las amistades entre países pisan fuerte.
Y ni hablar de ese tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur que ambos mencionaron. Parece ser que le tienen fe a eso de que comerciar sin trabas es bueno no solo para la cartera, sino también para mantener la cosa calmada y segura. Vamos, que si por ellos fuera, ya estarían allanando el camino para que fluya la cooperación política y económica.
Reformas Internas y Diplomacia Contemporánea
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas en la presidencia de Milei. El hombre tiene su estilo, directo y sin pelos en la lengua, y algunos de sus recortes han hecho saltar chispas dentro de la Argentina. Las protestas y debates sobre si estos ajustes le están pegando duro a la educación y a los que tienen menos, están al día. Y ni qué decir de su toma en doctrinas de derechos humanos y movimientos sociales, que han levantado más de una ceja entre los activistas.
En cuanto a lo diplomático, Milei se paseó por Alemania y también por España, donde parece que hubo algún que otro tira y afloja. Pero al llegar a la República Checa, la cosa cambió para mejor, más que todo cuando tocaron el tema de Ucrania, y todos se mostraron a una. El colofón fue un acuerdo en defensa que ató más fuerte los lazos entre los checos y los argentinos.
El cierre fue en Praga, con un discurso del presidente en el palacio Zofin. Milei fue recibido entre aplausos, aunque siempre hay algún descontento y no faltaron protestas cerca del sitio donde habló.
La gira del presidente argentino de seguro que dejó huella, porque se habló de mucho y con ganas: seguridad por doquier, negocios a dos bandas y ganas de ayudarse mutuamente. Es curioso ver cómo, aun con los roces que cada cual pueda tener dentro de su tierra, la peña aún cree en el valor de echar una mano y en el comercio como ese empujoncito que todos necesitan.
Y p'acabar, la relación entre Argentina y la República Checa, con el resto de la Unión Europea, tiene pinta de que va pa' lante. Con tanta habladuría sobre la seguridad del mundo, en tiempos de líos como el de Ucrania es de agradecer un poco de solidaridad.
Aunque, ojito, las políticas de Milei no le caen en gracia a todos, sobre todo cuando se trata de derechos humanos y problemáticas sociales. Ahí se ve que manejar un país no es moco de pavo y que lo que uno haga en su casa, puede terminar resonando por todos lados.
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"La diplomacia es el arte de lograr que los demás hagan voluntariamente lo que uno desea", una máxima que bien podría haber suscrito el presidente argentino Javier Milei en su reciente gira por la Unión Europea. La visita de Milei a la República Checa cierra un circuito de encuentros que, más allá de la diplomacia, revelan la complejidad de tejer alianzas estratégicas en un mundo convulsionado por conflictos como el de Ucrania y la defensa de principios democráticos. La habilidad para conjugar el respaldo a Ucrania con la defensa de intereses económicos y de seguridad, en el marco de un tratado entre la UE y el Mercosur, es un ejercicio de malabarismo político que requiere de un fino balance. Sin embargo, las medidas de austeridad de Milei y sus polémicas declaraciones sobre temas sociales en Argentina nos recuerdan que, en ocasiones, el arte de la diplomacia comienza por casa, donde los desafíos internos pueden eclipsar los éxitos en la escena internacional.