El alarmante fenómeno que está afectando a los más vulnerables: ¿Se está 'infantilizando' la pobreza?

Enfrentarse a la realidad de criar a un niño en Argentina puede representar un desafío económico considerable para muchas familias. No sorprende que la cifra que se maneja para cubrir las necesidades básicas de un niño sea motivo de asombro para muchos, ya que según datos recogidos, el costo mensual de la llamada caja de cría de un niño rondaría los $400 mil pesos. Este monto se compara con los $60 mil pesos que se ofrecen mediante la asignación universal por hijo tras las más recientes actualizaciones.

Los precios están en constante cambio, y si hablamos de la canasta básica que involucra la cría de los niños, encontramos variaciones notables. Para los niños menores de un año, estiman que el costo estaría cerca de los $327 mil pesos por mes, mientras que para los que superan los seis años, la cifra asciende hasta unos $407 mil pesos. Esta canasta engloba todo lo necesario: desde la alimentación y la vestimenta hasta la higiene personal, materiales educativos y otros gastos relacionados con la salud y la enseñanza.

Los números de cerca: canasta de crianza vs. asignación por hijo

Gastos asociados a la crianza

Para calcular los costos de esta canasta, se parte de la canasta básica utilizada por el Indec. Esta toma en cuenta tanto alimentos como servicios vitales no alimentarios y después se suman los costos de tiempo de cuidado basándose en lo que ganaría un empleado especializado en dichas labores.

En lo que va del año, los ítems que forman parte de estos gastos han visto un crecimiento de entre el 52% y el 57%, aunque esto sigue siendo menor en comparación al aumento del 72% de la inflación acumulada en el mismo período.

Desafíos y compromisos familiares

Los trabajadores argentinos afrontan este panorama intentando estirar sus salarios, muchos de los cuales ya no tienen la misma fuerza ante la creciente inflación. Además, desde 2023, el ingreso promedio no es suficiente para cubrir la canasta básica para un hogar de cuatro personas. Y ni hablar de las familias con un solo adulto a cargo, donde el desafío es aún mayor.

En términos legales, la canasta de crianza tiene gran peso en juicios por pensiones alimenticias. No son pocas las madres solteras que no logran obtener la suficiente ayuda económica, provocando que muchos niños vivan en condiciones vulnerables. Es aquí donde tanto el Estado como el Poder Judicial deberían usar esta canasta como referencia al momento de establecer montos de asistencia y un salario mínimo más acorde a las necesidades reales.

Siempre es clave acceder a información actualizada y detallada a través de fuentes oficiales, sobre todo al buscar entender u ofrecer soluciones frente a la situación económica de Argentina y las políticas en apoyo a las familias.

La situación de quienes tienen la responsabilidad de criar niños en Argentina resulta ser una tarea con obstáculos no menores, en un contexto económico que demanda una revisión crítica de las ayudas estatales y la realidad de los salarios. A futuro, es necesario plantear debates profundos en torno a cómo ajustar y mejorar estas asignaciones, para así resguardar de manera efectiva el crecimiento y bienestar de los futuros ciudadanos de la nación.

Con esta brecha existente entre el costo de la canasta de crianza de un hijo y lo que realmente se recibe del Estado, se abre el espacio para preguntarnos sobre las posibles políticas que podrían implementarse para equilibrar esta realidad. ¿Cómo se sentiría usted si se enfrentara a esta situación y qué posibles soluciones consideraría oportunas para hacer frente al panorama que se vive en la Argentina de hoy?

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"La pobreza es como el castigo por un crimen que no has cometido", escribió Eli Khamarov y esta frase resuena con fuerza al analizar la desproporción entre la canasta de crianza y la asignación universal por hijo en España. La realidad que desentraña el Indec muestra una brecha que no solo es económica, sino también social y moral. La crianza de un niño no puede ni debe ser una condena a la precariedad para tantas familias monoparentales y trabajadores con salarios que ya no son suficientes para cubrir las necesidades básicas. La infancia es un período determinante en la vida de todo ser humano y condicionarla a la pobreza es hipotecar el futuro de una sociedad. Es imperativo que el Estado, más allá de los litigios judiciales, tome la canasta de crianza como un verdadero referente para políticas públicas que garanticen el bienestar de los niños y sus familias, cerrando así la brecha que hoy condena a la invisibilidad y al olvido a quienes más protección merecen.

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