La ciencia pone en duda todo lo que sabías sobre aprender idiomas: ¿realmente es una misión imposible?

¿Alguna vez te has preguntado si aprender idiomas nuevos puede ayudarte y de qué manera? Si es que sí, pues aquí tienes algo que considerar.

En estos días que vivimos, saber más de un idioma es como tener un superpoder. Nos dejamos los cuernos tratando de hablar inglés desde que somos unos chavales, porque todo el mundo dice que es lo que hay que hacer para tener mejor pega en el futuro.

A ver, claro que mola saber decir "hello" y "how are you", pero la cosa se pone más enredada cuando alguien decide aprender un tercero, o incluso un cuarto idioma. No falta quien empieza con todas las ganas y luego topa con un muro que ni se esperaba.

La ciencia se mete en la película de los idiomas

Ahora unos sesudos en los Países Bajos han estado rascándose la cabeza sobre cómo funciona nuestro coco cuando metemos más idiomas en la mezcla. Por lo visto, el cerebro esta como jugando a Tetris con las palabras; para que encaje lo nuevo, a veces tiene que hacer hueco, y eso quiere decir que tal vez borre algo de lo que ya sabías. ¡Qué movida!

Esta idea de que hay que hacer sitio puede ser la razón por la que algunos super políglotas a veces se atascan y no les fluyen las palabras como antes. Es como si conocer más idiomas pudiera poner en riesgo los que ya domina uno.

La memoria que se lia con tantas lenguas

La memoria esa que nos deja aprender cosas y acordarnos de ellas después, aparentemente, se complica más con cada idioma nuevo que añadimos. Si le hacemos caso a lo que dicen estos holandeses estudiosos, abrazar una lengua extra puede sacudir nuestra habilidad para hablar las otras que ya sabíamos.

Si realmente es así, eso nos explicaría por qué a mucha gente se le hace cuesta arriba sumar más lenguajes. Quienes se dedican a enseñar idiomas, y los que los aprenden, tendrán que ver cómo le hacen para que el cerebro se mantenga en forma y no deje caer lo que ha aprendido.

Mira, aunque este estudio suena con toda la ciencia y es interesante, uno no tendría que tirarse a la piscina con los ojos cerrados y creerse todo al pie de la letra. Cada quién es un mundo y lo que sirve para uno quizás no juegue para otro.

La onda de aprender nuevos idiomas es sin duda un plus. Esto de estudiar en otros idiomas te abre la cabeza, te enseña de otras culturas y te hace más mañoso para moverte en el mundo de hoy, que está todo conectado.

Y con esto en mente, nos queda la pregunta en el aire: ¿Qué deberían hacer los colegios y nosotros mismos para que esto de aprender idiomas sea pan comido y nos llevemos todos los premios, y no los dolores de cabeza? ¿Tú qué piensas que es importante tener en cuenta cuando te metes a aprender un nuevo idioma?

"Chi sa due lingue vale due persone", sosteneva il poeta italiano Carlo Goldoni, enfatizzando il valore intrínseco del poliglottismo. Ma, ¿qué ocurre cuando el aprendizaje de una nueva lengua supone un retroceso en aquellas que ya dominamos? El estudio neerlandés nos coloca ante un paradigma inquietante: el cerebro, en su esfuerzo por hacer hueco a nuevos conocimientos, podría sacrificar parte de lo ya adquirido.

Esta revelación científica nos invita a reflexionar sobre la complejidad de la memoria lingüística y los desafíos que enfrentamos al añadir nuevos idiomas a nuestro repertorio. ¿Es, entonces, el aprendizaje de idiomas un juego de suma cero donde algo se gana y algo se pierde? ¿O podemos concebir estrategias que nos permitan retener y mejorar el dominio de varias lenguas simultáneamente?

Lo cierto es que en un mundo cada vez más globalizado, el conocimiento de idiomas adicionales es un activo invaluable. Sin embargo, este estudio sugiere que debemos abordar con mayor atención la manera en que aprendemos y mantenemos vivas las lenguas en nuestra mente. Quizás sea hora de replantear los métodos de enseñanza y aprendizaje, para que el poliglotismo no sea solo la acumulación de vocabularios, sino el verdadero dominio de las lenguas que nos definen y nos conectan con el mundo.

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