El mito de la varicela desmentido: lo que no sabías sobre contraerla por segunda vez

La varicela no es solo cosa de niños, ¡y eso es algo que debemos tomar en serio! Quizás pienses que la varicela es solo una roncha más entre tantas vivencias de la infancia, pero hay más en esta historia. Después de su famosa erupción, este virus puede ofrecernos un encore bastante menos bienvenido, conocido como herpes zóster. A continuación, te contamos más sobre cómo estos dos están relacionados y por qué la vacunación es clave.

La varicela es esa enfermedad viral que probablemente asocias con muchos picores y días de ausencia escolar. Los síntomas empiezan con fiebre y malestar, pero después se pone peor, porque vienen las ampollas que pueden cubrirte de cabeza a pies. No es una gracia, y toma su tiempo sanar. Pero ahí no acaba todo: el virus que causa la varicela decide no largarse del todo y se queda "durmiendo" en los ganglios de tu médula espinal. Esto significa que bajo ciertas condiciones, como si tu sistema inmunológico no está al 100%, puede despertarse en forma de herpes zóster.

¿Qué es el Herpes Zóster?

Esta no es otra enfermedad que se pase de uno a otro, sino más bien como una secuela privada de la varicela. Los síntomas pueden incluir desde dolor hasta una erupción que parece no decidirse entre ser ampolla o costra. ¿Lo peor? Aunque suele ser menos grave que la varicela, puede ser muy molesto y puede hacerte sufrir bastante.

Factores como estar estresado, el simple hecho de envejecer o tener las defensas bajas, pueden hacer que el herpes zóster diga "aquí estoy yo otra vez". Entender esto y saber cómo evitar esos disparadores puede ayudarte a mantener al virus en su siesta eterna.

Vacunarse es más importante de lo que crees

Vamos al grano: si no quieres la varicela y mucho menos el herpes zóster, la vacuna es tu mejor aliada. Además de la higiene y cuidarte de no rozarte con las ronchas de alguien más, ponerte la vacuna puede ahorrarte problemas. Y no, las vacunas son confiables; si te sientes un poco mal después de ponértela, seguramente será algo pasajero.

Las vacunas han mandado muchas enfermedades a la historia. Informarte bien y tomar medidas es lo mejor que puedes hacer por ti y por los demás. Así que, aunque te suene a cosa de niños, la varicela es un asunto serio.

Es clave que hables siempre con un médico para que te cuente la posta. Y no olvides que lo que te digan los rumores no suele ser cierto.

Al final del día, ser responsable con nuestra salud y la de los que nos rodean es cosa de todos. Las recomendaciones y tratamientos deben pasar por el ojo crítico de un profesional. Es lo que hay que hacer por la salud pública: estar informados y actuar con cabeza.

Entonces, después de todo, ¿cuál es tu historia con la varicela y qué piensas sobre la vacunación como medida de cuidado personal y colectivo?

"La salud es la primera de todas las libertades", afirmaba el poeta italiano Giuseppe Ungaretti, y no hay nada más cierto cuando hablamos de enfermedades como la varicela y su posible reactivación en forma de herpes zóster. La varicela, esa compañera indeseada de la infancia, nos deja un recuerdo latente que puede despertar en la madurez, causando no sólo dolor físico sino también una preocupación por nuestra vulnerabilidad ante la enfermedad.

La vacunación, esa herramienta poderosa que nos brinda la ciencia, se erige como un bastión de prevención, un escudo contra el azote de patologías que creíamos relegadas al baúl de los recuerdos infantiles. Es un llamado a la responsabilidad individual y colectiva, a no bajar la guardia frente a un enemigo que, aunque invisible, sigue acechando en nuestro propio organismo.

No dejemos que el miedo a síntomas temporales nos aleje de la protección duradera. Al fin y al cabo, como sociedad, tenemos el deber de proteger no solo nuestra salud, sino también la de aquellos que nos rodean. Compartir ciencia y conocimiento es compartir vida, y en esa transmisión de información radica la verdadera libertad que Ungaretti nos instaba a preservar.

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